La Navidad es tiempo de galletas y, por tanto, un gran factor de motivación. Pero, ¿qué tiene que ver la Navidad con la gestión de los empleados?
Aún lo recuerdo muy bien. Cuando era pequeña, el jefe de mi padre invitó a toda la familia a la fiesta de Navidad de la empresa. Había mucha gente. A los niños nos daban grandes cajas de regalo con muchos dulces, espumillón y adornos para el árbol de Navidad.
Recuerdo especialmente el panettone. Ese esponjoso pastel navideño italiano. Sólo de pensarlo se me hace la boca agua.
Su olor está profundamente grabado en mi memoria olfativa.
Y una vez más, la Navidad está a la vuelta de la esquina. Se han suavizado las restricciones de contacto de los últimos tres años debido al coronavirus. Los eventos en grandes grupos vuelven a estar permitidos desde hace algún tiempo. Los mercados navideños abren sus puertas. Por fin.
Nada se opone a un ponche caliente o un delicioso vino caliente después del trabajo. Preferiblemente en compañía de buenos colegas.
La fiesta de Navidad de la empresa ya está en la agenda. ¿Pero será como antes? No. Diferente.
Los últimos meses han cambiado a la gente. El mundo laboral ha cambiado.
El aumento de los precios de la energía -una catástrofe en el sector de la galvanoplastia, en particular- puede hacer que algunos directivos de empresa se piensen dos veces si pueden y quieren asumir los costes de una fiesta de Navidad.
Y sin embargo:
No siempre son los grandes gestos los que cuentan. Son los pequeños los que marcan la diferencia.
Como directivo atento, tiene mucho sentido ofrecer a sus empleados -y a usted mismo, por supuesto- un plato de galletas navideñas en la oficina de vez en cuando durante las fiestas.
Gracias a sus numerosas propiedades positivas, la vainilla, la canela, el anís, el cardamomo y el clavo son compañeros importantes en la estación oscura y fría. Porque estas especias levantan el ánimo, calman, son antiespasmódicas, antisépticas y antibacterianas.
Así que si de vez en cuando le da a su equipo galletas de Navidad (quizás incluso caseras), está haciendo algo bueno para su equipo desde el punto de vista holístico. Fortalece el cuerpo, la mente y el alma.
Porque con un plato de galletas navideñas
- aumenta la motivación de tu equipo
- refuerza el espíritu de equipo
- levanta el ánimo general
- refuerza las defensas de tus empleados
- también puede evitar alguna que otra baja por enfermedad.
Con pequeños gestos como éste, aumentará la productividad a largo plazo y reducirá la rotación de personal en su equipo.
Y si quieres potenciar aún más el efecto motivador de una galleta de vainilla o un trozo de pan de jengibre, tengo algunos consejos más para ti.
He aquí 5 herramientas eficaces para usted como directivo. Le costarán muy poco tiempo de trabajo, pero tendrán un enorme impacto en la productividad de sus empleados:
Las 5 herramientas de la escucha:
- Dedique tiempo a charlar y bromear un poco.
- Pregunte cómo le va a su empleado, sobre todo si nota que algo es diferente de lo habitual.
- Escuche atenta y pacientemente sin interrumpir.
- Escuche las preocupaciones de sus empleados sin ofrecer una solución.
- Pida la opinión de sus empleados.
No es necesario que utilice estas herramientas todos los días con todos los empleados. Pero reserve una hora a la semana en su agenda, por ejemplo, y dedique tiempo conscientemente a estas herramientas de motivación.
Y si todavía está buscando una receta estupenda de galletas navideñas irresistibles para una tarde relajada de repostería -quizá incluso como medida de creación de equipo en lugar de la fiesta de Navidad-, a continuación compartiré con usted mi receta favorita de medias lunas vienesas de vainilla:
Amase rápidamente los siguientes ingredientes en una masa quebrada y déjelos reposar en la nevera durante al menos
2 horas en la nevera:
- 60 g de almendras ralladas finas sin piel
- 40 g de avellanas finamente ralladas
- 280 g de harina
- 65 g de azúcar
- 1 pizca de sal
- 200 g de mantequilla
- 2 yemas de huevo
A continuación, precalentar el horno a 190°.
Forme pequeñas medialunas con la masa por tandas y hornéelas durante unos 10 minutos hasta que se doren.
Una vez horneados, pase con cuidado los cruasanes calientes por una mezcla de 5 sobres de azúcar vainillado y ½ taza de azúcar glas. Y a disfrutar...
Sí, es difícil de creer:
Un pequeño detalle, como las galletas de Navidad, puede tener un efecto tan positivo en el ambiente de trabajo y en la motivación de su equipo.
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