En el Día de la Siderurgia celebrado en Essen el 19 de noviembre, Kerstin Maria Rippel, Directora General de la Federación Alemana del Acero (WV), habló de la situación actual del cambio de los combustibles fósiles al hidrógeno como parte de la transición energética. Se centró en la transformación hacia una producción de acero más respetuosa con el clima. Después de todo, alrededor de un tercio de lasemisiones de CO2 de la industria son atribuibles al sector siderúrgico.
"Tenemos que ponernos manos a la obra", declaró Rippel en Essen. El hidrógeno es una de las fuentes de energía más prometedoras del futuro; la Federación Alemana del Acero calcula que la siderurgia representará el 30% de la demanda total de hidrógeno en Alemania de aquí a 2030. Ya hay numerosos proyectos de electrolizadores, pero esto no es una señal tranquilizadora. "Sólo se han tomado las decisiones de inversión definitivas para el 3% de estos proyectos: la aceleración del hidrógeno se está estancando y no hay indicios de precios asequibles", advirtió el Director General. Pero hasta entonces, se podría evitar alrededor del 60% de las emisiones de CO2 en la producción de acero pasando de los altos hornos de coque a la reducción directa con gas natural como solución provisional.