La empresa estadounidense de semiconductores Intel ha aparcado por el momento sus planes de construir una nueva fábrica de chips en Magdeburgo y Breslavia.
Se prevé que el proyecto, que en un principio iba a crear 3.000 puestos de trabajo, se retrase dos años. El Director General, Pat Gelsinger, anunció en un comunicado de prensa el 16 de septiembre que la empresa atraviesa considerables dificultades financieras y ha iniciado un programa de reducción de costes con la supresión de 15.000 puestos de trabajo. También se han suspendido los planes de construir una fábrica en Polonia. Intel tiene previsto aumentar la eficiencia y la rentabilidad y mejorar la competitividad. La empresa seguirá centrándose en inversiones en EE.UU. y en el desarrollo de nuevos chips en colaboración con Amazon para asegurar la cadena de suministro nacional de chips.
La capacidad de producción en Europa aumentó el año pasado con la construcción de una fábrica en Leixlip (Irlanda). En Malasia, la empresa sigue activa, pero tiene previsto adaptar la puesta en marcha de una nueva fábrica a las condiciones del mercado.
La empresa también tiene previsto reducir dos tercios de sus inmuebles en todo el mundo para finales de año. Gelsinger insiste en la necesidad de impulsar la innovación y aumentar la eficacia operativa para estabilizar la situación financiera.
