Al contrario. No hay fin en el fin del mundo

Osterinsel Rapa Nui - (Bild: Pixabay.com/Walkerssk)

En la Pascua de 1722, unos marineros holandeses se toparon con una isla situada en algún lugar entre el continente sudamericano y Nueva Zelanda, que pasó a conocerse como el lugar más solitario de la Tierra por ser el más alejado de cualquier otro asentamiento humano.

Los holandeses bautizaron la pequeña porción de tierra en el vasto mar con el nombre de Isla de Pascua, por el que se la conoce desde entonces, aunque sus habitantes la llamaban Rapa Nui. La Isla de Pascua ha atraído la atención mundial porque alberga estatuas de piedra volcánica de casi 900 metros de altura y durante mucho tiempo la gente no podía entender cómo se podían fabricar y erigir pilares tan enormes, que representan cabezas de gran tamaño, sin herramientas especiales ni ayuda divina. Tampoco se sabía de dónde procedían los isleños ni cuánto tiempo llevaban habitando Rapa Nui. En algún momento, los lingüistas creyeron poder demostrar que los isleños de Pascua habían llegado del oeste, es decir, de Polinesia, probablemente ya en el siglo XII. Los análisis de polen revelaron que en Rapa Nui había grandes palmeras, que fueron taladas para transportar las estatuas y construir canoas.

"¿El colapso de la isla de Pascua es un mito?"

A la sobreexplotación siguió la erosión del suelo, las aves terrestres desaparecieron con los árboles, la catástrofe ecológica provocó el estallido de guerras tribales, y así se llegó al "colapso", como se titula el bestseller de 2005 en el que el estadounidense Jared Diamond describe el fracaso de las sociedades en términos generales. El colapso en Rapa Nui pretendía servir de cuento con moraleja para el presente, que se hizo popular porque Hollywood había encontrado un tema cinematográfico que se correspondía con el zeitgeist: el fin del propio modo de vida debido al cambio climático. El libro y la película de Hollywood se basaban en el supuesto de que, cuando llegaron los holandeses en el siglo XVIII, sólo unos pocos habitantes de Rapa Nui habían sobrevivido a la explotación de la naturaleza y languidecían miserablemente. Los genetistas pudieron realizar análisis de ADN de 15 isleños cuyos restos fueron entregados a museos de París hace unos 100 años. El resultado: el colapso de la sociedad rapanui es pura fantasía. A pesar de todas las intervenciones en el medio ambiente, en la isla de Pascua pudieron vivir muchas personas, que se sentían como en un paraíso terrenal. En lugar de ver un ejemplo de colapso, podemos aprender de los habitantes de Rapa Nui cómo es posible sobrevivir a pesar de la disminución de los recursos.



  • Edición: Januar
  • Año: 2020
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