Al contrario - zorro y erizo

Al contrario - zorro y erizo

En su ensayo "El erizo y el zorro", en el que el historiador de las ideas Isaiah Berlin intenta describir la forma en que León Tolstoi entendía la historia, explica en primer lugar el caprichoso título, que se remonta al poeta griego Archilochos, del que se lee: "El zorro sabe muchas cosas, pero el erizo sabe una gran cosa". Berlin clasificó así a las grandes mentes, por ejemplo a Dante, como erizo, y a Shakespeare, como zorro, y a continuación a Goethe y Joyce, como zorros, y a Proust y Dostoievski, como animales espinosos.

La distinción permitió a Berlin entender a Tolstói a través del contraste animalístico. El poeta ruso era por naturaleza un zorro que se creía erizo. La visión que Tolstoi tenía de la historia puede encontrarse en su novela "Guerra y paz", en la que la vida personal se desarrolla en un hormiguero social, que extrae su fuerza de sus opuestos. Los historiadores de la literatura dicen que las personas aparecen llevando una vida consciente "por sí mismas" como átomos y, al mismo tiempo, son portadoras inconscientes del desarrollo histórico en el que Tolstoi las incrusta.

Aplicado a la ciencia, puede decirse que el tema del dualismo surgió en la física a principios del siglo XX, cuando Albert Einstein añadió el aspecto de partícula a la descripción ondulatoria de la luz (por lo que fue galardonado con el Premio Nobel). Cuando se hizo evidente que el electrón, que hasta entonces sólo se había entendido como partícula, también podía propagarse en ondas, la dualidad tuvo que tomarse en serio desde un punto de vista filosófico, lo que intentó sobre todo Niels Bohr, que recibió el máximo galardón en su campo de la ciencia el año después de Einstein. Bohr defendió la idea de la complementariedad, que permitía que las cosas se distribuyeran en forma de partículas en un lugar y, al mismo tiempo, en movimiento ondulatorio por todo el espacio. Aunque Bohr aportó muchas otras ideas a la física, con la complementariedad se convirtió en su erizo, que el zorro Einstein intentó sortear con miles de propuestas sin éxito. Rechazó la "gran idea" de Bohr como filosofía tranquilizadora, porque con Bohr un sujeto puede determinar si el objeto considerado -la luz o un electrón- aparece como una onda amplia o como una partícula posicionada. La gran idea de Bohr da un nuevo significado al viejo átomo. Ya no es una entidad indivisible en sí misma, sólo representa un todo junto con las personas, y esta visión muestra cómo el mundo consigue mantenerse unido desde dentro.

  • Edición: Januar
  • Año: 2020
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