Por el contrario, ¿racional o místico?

Por el contrario, ¿racional o místico?

Cuando las personas se proponen considerar toda su historia, desde los orígenes animales hasta las organizaciones sociales modernas, no sólo deben examinar cuándo empezaron a caminar erguidos y aprendieron a utilizar el fuego. Este enorme tema implica también centrarse en la cuestión de cuándo despertó eso que en las discusiones filosóficas se suele denominar el espíritu humano.

La antropología histórica, con su análisis del Homo sapiens, es decir, del ser sabio, se ha centrado en una propuesta del psiquiatra y filósofo Karl Jaspers, quien, tras muchos trabajos preliminares de colegas de diversas disciplinas, pudo identificar lo que desde los años cincuenta se denomina el periodo del Eje en el desarrollo humano. Hace unos tres mil años -según Jaspers y sus seguidores contemporáneos- la gente descubrió que, además del aquí y ahora terrenales, existe un más allá celestial, para el que existe una palabra aparte en inglés, a saber, Heaven with gods and angels (Cielo con dioses y ángeles), que está entronizado sobre el Sky with birds and clouds (Cielo con pájaros y nubes). Además de esta división, la gente de la época precristiana también empezó a sustituir su antiguo pensamiento místico, oracular e insondable por análisis racionales y argumentos lógicos, lo que llevó concretamente a los intentos que se hicieron en el marco de la entonces nueva ciencia para explicar los fenómenos que se podían observar.

Mientras que en la época mística se suponía que los dioses habían colocado esferas en el cielo con y en las que giraban los planetas, los análisis racionales del movimiento de los cuerpos celestes ofrecieron conocimientos sobre leyes del movimiento y sus fuerzas motrices formulables matemáticamente. Desde la Ilustración, el objetivo de la humanidad ha sido desmitificar el mundo.

Unos cientos de años después de Immanuel Kant, esto debería haberse conseguido. Pero ocurre lo contrario. Las explicaciones que ofrece la ciencia racional sobre las propiedades de la materia hace tiempo que se han vuelto locas. Un electrón en un cristal, por ejemplo, se transforma en una partícula con nuevas propiedades, que se clasifica como cuasipartícula. Esto se discute entre los expertos como la aparición de estados que no se pueden rastrear hasta nada, es decir, que son ellos mismos y simplemente están ahí. Es curioso: lo racional ha llevado a la constatación de que hay realidades que eluden la racionalidad. La ciencia vuelve a la mística.

  • Edición: Januar
  • Año: 2020
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