Se prevé que la demanda de litio se multiplique por 18 en 2030 e incluso por 60 en 2050. En el proyecto LiCORNE (Lithium Recovery and Battery Grade Materials Production from European Resources), en el que participa KIT, socios de la investigación y la industria quieren extraer litio de fuentes europeas como aguas termales, depósitos minerales o baterías viejas para reducir la dependencia de las materias primas. También quieren desarrollar tecnologías rentables, seguras y flexibles para extraer el metal ligero que permitan un mayor rendimiento con una huella ecológica muy pequeña.
"En el KIT estamos investigando la extracción de litio mediante métodos electroquímicos a partir de aguas geotérmicas profundas del Alto Rin", explica Fabian Jeschull, del Instituto de Materiales Aplicados del KIT. Los materiales para baterías basados en hierro se utilizan para filtrar iones de soluciones salinas acuosas que contienen litio. Los investigadores también quieren reciclar las baterías de iones de litio usadas. El proyecto cuenta con una financiación de unos 6,8 millones de euros para los próximos cuatro años.