Hoy voy a intentar citar a Matthias Claudius: "Cuando alguien emprende un viaje, tiene una historia que contar". En este caso, les llevo conmigo en mi viaje de vuelta en tren en el compartimento de primera clase desde Viena hasta Ulm a mediados de octubre.
Lo admito: estaba escuchando a escondidas. Los tres caballeros de los asientos de delante eran realmente difíciles de ignorar. Por desgracia, mis auriculares tampoco ayudaban. Así que tuve tres horas y media para recopilar ideas para innumerables artículos.
¿De qué trataban las conversaciones?
La excesiva burocracia en Alemania. La opaca jungla de normas y reglamentos. La introducción de la facturación electrónica a partir del 1 de enero de 2025. La seguridad en el empleo y la cuestión de la responsabilidad del empresario. También se habló de la presión constante para demostrarlo todo al detalle, ya sea la prueba de formación o el curso de primeros auxilios. Y, por supuesto, no podía faltar el tema de los coches.
Los tres caballeros regresaban de unas cortas vacaciones en la hermosa región de Wachau. Por sus descripciones, pude deducir (dígame "Sherlock") que eran empresarios y se habían tomado un tiempo juntos. Al parecer, uno de ellos llevaba años en la industria automovilística y tenía bastante éxito.
Entre los recuerdos de los relajantes días en el Danubio, surgió una y otra vez la frustración por la vida laboral cotidiana, con sus retos casi insuperables para los empresarios.
En Alemania, el mercado automovilístico se encuentra actualmente en plena efervescencia, por decirlo suavemente, y es el tema número uno en los medios de comunicación. Insolvencias, coches eléctricos, aranceles aduaneros, costes energéticos altísimos y un mercado de motores de combustión que se hunde. Los políticos interfieren en el mercado automovilístico y la pérdida del mayor motor de la producción económica alemana es palpable.
El sector de la galvanoplastia en particular puede decirnos un par de cosas al respecto. Al fin y al cabo, innumerables empresas de galvanoplastia en Alemania trabajan como proveedoras de la industria automovilística.
Los problemas a los que se enfrentan actualmente los empresarios son realmente numerosos y casi inabarcables. La burocracia absorbe recursos valiosos. Muchas empresas luchan por cumplir las normas técnicas. Al mismo tiempo, intentan optimizar sus procesos digitales.
¿No había algo más?
Ah, sí: ¡la actividad principal!
Tampoco hay que descuidar la gama de productos y servicios. De lo contrario, la Agencia Tributaria volverá a quejarse y la liquidez desaparecerá para siempre.
Como siempre estoy en LinkedIn, esta mañana me he topado con un post con una foto memorable de la Sra. Ute Hiller, cuyo bufete es una de las 100 mejores asesorías fiscales de Alemania:
"Viaje a Jerusalén"
Ella explica que el hashtag #TaxAdvisory está jugando al juego conocido. Sin embargo, desde hace algún tiempo se interponen constantemente nuevas sillas, de modo que
- las sillas permanecen desocupadas
- uno se sienta entre las sillas
- a algunos les gusta sentarse en las sillas conocidas
- la gente se pelea por las sillas nuevas
- la disposición de los asientos no está clara o cambia de nuevo con demasiada rapidez
Y es precisamente esta imagen la que realmente me gusta y la que encaja perfectamente con el dilema de todo empresario.
Entonces, ¿qué debe hacer si, como empresario o directivo, tiene esta desagradable y aterradora sensación de no saber dónde tiene la cabeza?
Antes de empezar a buscar soluciones, es sumamente importante aceptar la situación actual. No dejes que las muchas "sillas vacías" -es decir, tareas sin resolver- te estresen.
Respira hondo y reconoce que es completamente normal tener retos. Tómate el tiempo necesario para reflexionar con calma sobre lo que es realmente importante.
Aproveche la oportunidad para probar nuevas "sillas": puede que se sorprenda de la cantidad de soluciones innovadoras y enfoques nuevos y diferentes que existen.
Por cierto... los líderes bien informados y resilientes son capaces de actuar con creatividad y eficacia incluso en situaciones difíciles y reconocer nuevas oportunidades.
Y a veces hay que tener el valor de tomar una brecha para poder avanzar.
Mi consejo de hoy para ayudarle a convertirse en un líder resiliente:
Programe ejercicio regular en su calendario. Haga ejercicio varias veces a la semana. Un cuarto de hora de footing o un paseo a paso ligero todos los días puede hacer maravillas.
Sus mitocondrias se lo agradecerán, ya que son las responsables de un envejecimiento saludable. Michael Ristow, internista y profesor de metabolismo energético en la ETH de Zúrich, lo recomienda.
Al fin y al cabo, como directivos y empresarios, queremos jubilarnos razonablemente en forma y relajados y disfrutar al máximo de la vida "después". Sin morder el polvo a los 55 años, estresados, totalmente abrumados y agotados.
